¿Por qué algunas propiedades tardan tanto en venderse?
- Yaima Mollinedo
- 3 jun
- 2 Min. de lectura

Hay propiedades que se publican… y ahí quedan. Meses (a veces años) viendo pasar el tiempo sin que pase nada. Ni visitas, ni llamadas, ni ofertas.
Y eso genera frustración. Porque cuando alguien decide vender, lo que menos espera es quedar atrapado en la incertidumbre.
Pero cuando una propiedad no se vende, casi siempre hay algo que no está funcionando. Y no es un único factor: son tres los que tienen que estar en equilibrio para que la venta fluya.
Estado – Marketing – Precio.
Y si uno de estos tres falla, todo el proceso se tranca.
🏡 El estado:
No se trata de que todo esté nuevo o lujoso, pero sí en condiciones de ser mostrado con claridad y buena impresión. Una casa desordenada, oscura o con detalles visibles que no fueron atendidos puede espantar incluso a quien estaba realmente interesado.
📢 El marketing:
No alcanza con sacar un par de fotos con el celular y publicarlas en cualquier lado. Hoy se necesita una estrategia: buenas fotos, textos que conecten, videos, presencia digital bien cuidada y una difusión pensada para llegar a quienes sí están buscando algo como esa propiedad. Y no, no todos los portales o redes funcionan igual para todas las propiedades.
💰 El precio:
Y este punto es clave. No cualquier precio, sino el correcto.
Acá es donde vale hacer una distinción importante: no es lo mismo una tasación tradicional que un análisis comparativo de mercado.
La primera suele estar más orientada a fines legales o hipotecarios, con un enfoque técnico. El análisis comparativo, en cambio, estudia propiedades similares que están en venta o que se vendieron recientemente, en una zona determinada, con características similares. Esa comparación da un valor más real, más de mercado, que permite fijar un precio competitivo y alineado a lo que hoy sí se está vendiendo.
Cuando estos tres factores se alinean, la venta suele suceder mucho más rápido. Y cuando no… la propiedad se queda estancada.
Por eso también cobra valor el hecho de trabajar con una sola persona o agencia inmobiliaria que lleve adelante todo el proceso de forma estratégica. No se trata de cantidad, sino de calidad: una gestión profesional, enfocada y personalizada, que entienda cómo combinar estos elementos para lograr el objetivo.
Al final, no se trata solo de vender una propiedad. Se trata de cerrar un ciclo. Y para eso, hace falta más que ganas: hace falta estrategia, claridad… y acompañamiento real.




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